Para hacer estos canelones utilicé láminas de lasaña fresca porque me apetecía servirlos en un plato grande y quería que fuesen de tamaño XL. Por supuesto, también pueden prepararse utilizando las láminas de canelones habituales, tanto frescas como secas.
Ingredientes:
- Seis láminas de lasaña fresca
- Dos calabacines medianos
- 125 gramos de queso ricotta
- 25 gramos de queso parmesano rallado
- 350 gramos de salsa de tomate frito
- Media cebolla picada
- Un diente de ajo machacado
- La corteza de medio limón
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta
Lo primero que hice fue precalentar el horno a 180 grados. Mientras se calentaba, puse a rehogar la cebolla en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y la tuve a fuego suave hasta que estuvo transparente.
A continuación pelé los calabacines y los corté en rodajas muy finas para añadirlos junto al ajo machacado a la sartén con la cebolla. Los sofreí hasta que estuvieron blandos y retiré la sartén del fuego.
Entonces, añadí la ralladura de la corteza de limón, la mitad del queso parmesano rallado y la mitad del queso ricotta. Mezclé todo bien y salpimenté.
Con el relleno hecho, me puse a preparar los canelones. En una bandeja apta para horno extendí la mitad de la salsa de tomate.
Puse la mezcla de calabacín en el centro de cada lámina de lasaña y la enrollé formando un cilindro. Coloqué los canelones sobre la base de tomate y los cubrí con el resto de la salsa y de los quesos.
Metí los canelones en el horno y los tuve durante 15 minutos hasta que estuvieron dorados. Los serví acompañados de unas hojas de rúcula.
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