Los ingredientes que utilicé fueron:
- 300 gramos de garbanzos
- 200 gramos de espinacas
- 200 gramos de bacalao desalado
- 14 dientes de ajo morado
- 1 huevo
- 2 rebanadas de pan
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de pimentón de La Vera
- 1 cucharadita de perejil picado
- 1 hoja de laurel
- Aceite de oliva virgen extra
Como siempre que hay legumbres, la preparación de la receta comenzó la noche antes dejando los garbanzos en remojo. Al día siguiente los cocí en olla rápida con seis dientes de ajo sin pelar y una hoja de laurel.
Mientras se cocían puse a escaldar las espinacas metiéndolas durante un minuto en una olla con agua hirviendo.
Cuando pude abrir la olla rápida (la mía tarda 15 minutos en dejarlos a mi gusto, es decir, al dente ya que luego seguirían cociendo en la olla con el resto de ingredientes) saqué los garbanzos, los escurrí y los puse en la olla donde preparé el guiso. Lo mismo hice con las espinacas.
En una sartén pequeña puse a freír 5 dientes de ajo, pelados y cortados en rodajas, con un poquito de aceite de oliva. Cuando los ajos comenzaron a dorarse añadí una cucharadita de pimentón de La Vera. Removí bien y añadí el sofrito a la olla con los garbanzos y las espinacas.
Entonces puse la olla en el fuego y añadí 250 ml de agua. La tuve a fuego suave mientras incorporaba el comino y el bacalao desmigado (lo compré ya desalado y listo para utilizar).
Mientras el guiso cocía a fuego lento (en total lo tuve unos 20 minutos cociendo) me puse a preparar los panecillos. En el mortero machaqué los tres dientes de ajo restantes (pelados) junto a la cucharadita de perejil. Añadí una pizca de sal, el huevo batido y el pan en migas. Mezclé todo bien.
Con ayuda de una cuchara fui echando la mezcla en una sartén con aceite bien caliente para freír los panecillos. Los tuve un minuto por cada lado y conforme estaban dorados los fui sacando de la sartén directamente a la olla con el guiso.
Removí bien, dejé que cociese unos minutos más y serví.
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