El salmón se ha convertido en uno de mis pescados favoritos, sobre todo en verano, ya que me permite preparar unas cenas ligeras y sabrosas.
Además, es un plato fácil de comer ya que viene limpio y sin espinas.
Los ingredientes que utilicé, para dos personas, fueron:
Dos filetes de salmón
Media cebolla tierna
Dos cucharaditas de estragón picado
Seis cucharadas de nata líquida para cocinar
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Lo primero que hice fue poner el horno a calentar a 170º. Mientras alcanzaba esa temperatura preparé el salmón.
En una sartén calenté una cucharada de aceite de oliva, salpimenté los filetes de salmón y cuando estaba el aceite caliente lo freí durante dos minutos por cada lado.
A continuación lo pasé a una fuente apta para horno y esparcí por encima la cebolla cortada en gajos y el estragón. Añadí la nata y sazoné.
Metí la fuente en el horno y la tuve dentro durante 15 minutos (el tiempo depende del grosor de los filetes).
Serví el salmón acompañado de unas patatas panadera.
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